Ayer tuve ocasión de escuchar a la portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, Soraya Sáenz de Santamaría, respondiendo –quizás fuera mejor decir contestando lo que su inteligencia, corta como su talla, le dictaba- a preguntas de los periodistas sobre el asunto de los trajes del Presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps.
Como bien recoge el diario El País, la lideresa del PP se descolgó defendiendo la presunción de inocencia, en tanto en cuanto no haya una sentencia en firme.
Además de resultarme un ejercicio de cinismo que raya en lo paranoico, me resulta incongruente que los Genova´s Boys hagan referencia a la presunción de inocencia cuando se trata de miembros destacados del PP, mientras que ese mismo principio no se aplica cuando son otros quiénes merecen esa misma presunción.
Y en cualquier caso, ni tan siquiera hace falta que haga alusión a la presunción de inocencia; bastaría con que dijeran dónde están las facturas de los trajes que se confeccionaron para el señor Presidente Valenciano. Por cierto, y a este respecto, ¿alguno de vosotros pagáis los trajes en efectivo?
Volviendo al asunto que ocupa este post, una persona es inocente, en tanto en cuanto no se demuestra lo contrario. Y visto como actúan estos líderes, ni tan siquiera se permite que exista la más mínima duda al respecto de los presuntos implicados. Es decir, el juicio público previo que suele acontecer en buena parte de estas ocasiones, está tratando de ser aplacado para que no se vea perjudicada la imagen de los dirigentes populares.
En alguna ocasión ya he dejado constancia de que la memoria no es el mecanismo que mejor funciona en Génova; y por supuesto, tampoco la congruencia en el actuar.
Va para cuatro años que en esta Región sufrimos la desgracia de un gran incendio forestal, provocado por unos inconscientes que decidieron hacer una barbacoa en un espacio protegido en pleno mes de julio. El resultado fueron más de 11.000 hectáreas calcinadas por el fuego y 11 muertos.
El Partido Popular de Castilla-La Mancha, que tiene por costumbre utilizar los muertos para hacer política, lejos de aplicar la presunción de inocencia a los responsables de la Consejería de Medio Ambiente, se ensañó con cualquier ser vivo que realizase su labor profesional en el entorno de la Junta de Comunidades, ya fuesen técnicos, agentes medioambientales o políticos. Todos ellos eran culpables, pues así lo dictaminó el Partido Popular.
No se hizo referencia a la presunción de inocencia, y para evitar que así fuese, se presionó al Consejo General del Poder Judicial para que la jueza titular de Sigüenza, fuese sustituida por otra más afín a las tesis de los muchachos de la gaviota.
Ningún dirigente hizo referencia la responsabilidad de quiénes prepararon el fuego; nadie recordó que aquello era un espacio natural protegido, y por parte de la Junta se pusieron todos los medios necesarios para sofocar este desastre.
Sólo se buscó el ensañamiento político; ¿dónde estaba la presunción de inocencia cuando los populares difamaban y acusaban a los responsables autonómicos medioambientales, aun sabiendo que éstos no habían cometido ningún delito, y por supuesto mucho antes de que tuviese lugar el juicio?
La vara de medir que maneja el Partido Popular es diferente según se trate de miembros del PP o del resto de la humanidad.
Ya está bien. Ni tienen vergüenza, ni saben cómo se escribe. La hipocresía es la cualidad que mejor define su actividad política; el cinismo, lo llevan de serie.
Manteneos lejos, que es contagioso.
Que el tiempo no os cambie.
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