viernes, 27 de marzo de 2009

¿ES LA MUJER DEL CÉSAR QUIÉN DICE SER?

No basta con que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo. O eso al menos contaba Plutarco en su obra “Vidas Paralelas”.


A veces me sorprendo con los pequeños caprichos que tiene la vida. Pero sigo sorprendiéndome más del escaso bagage recordatorio de que hacen gala ciertos sectores de la sociedad -sustentados en sus desaforadas carreras por grupos de comunicación que más debieran llamarse de “calumniación”-, que pasan por la vida como si ésta fuese un traje hecho a su medida.


Desbrocemos la trama, que tiene su miga.


"Al alba, y con un tiempo duro, con viento de levante de 35 nudos…". Así podría comenzar este breve ejercicio recordatorio. Palabras pronunciadas por Federico Trillo, Ministro de Defensa, el 11 de julio de 2002, cuando tras una ocupación ilegal llevada a cabo por gendarmes marroquíes en el islote de Perejil, 28 militares a bordo de varios helicópteros de transporte y de combate, tomaron el islote y redujeron a los gendarmes conquistadores.


Diez meses después de este bochornoso espectáculo, homenaje al esperpento y a la España de la pandereta, la lamentable gestión protagonizada por el Ministerio de Defensa, a la hora de contratar los servicios de un transporte aéreo que trajese de vuelta a militares españoles destinados, en misión humanitaria, en Afganistán, acabó con la vida de los 62 infortunados miembros del ejército español.


No contentos con ello, en un desesperado intento por identificar los restos mortales en el menor plazo de tiempo posible, cometieron la torpeza de dar por evidente lo discutible.


Resultado: 62 fallecidos, pésima identificación de los cadáveres y un Ministro indemne por no acreditar suficientemente su responsabilidad en este hecho.


El responsable, Trillo-Figueroa Martínez-Conde, de nombre Federico, hoy es el portavoz de Justicia del Partido Popular en el Congreso de los Diputados. La recompensa a su brillante gestión.




Febrero de 2009; el juez estrella de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, y el Ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, comparten una jornada de caza en varias fincas de Castilla-La Mancha y Andalucía.


El Ministro es sorprendido sin el correspondiente permiso de caza en la Comunidad de Andalucía. Independientemente de su gestión al frente del Ministerio, Fernández Bermejo debe dimitir, en un gesto que le honra, reconociendo sus errores en este asunto. No basta con que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo, piensan muchos.


Resultado: un Ministro dimitido y un juez vigilado. Y el reconocimiento, por los sectores de la izquierda de este país, que este episodio fue un error, así como un acierto la posterior dimisión.


Ejercicio práctico:


PREGUNTA 1: ¿En España vale más un permiso de armas que sesenta y dos vidas humanas?;


PREGUNTA 2: ¿Todos los Ministros, sean del signo que sean, comparten similares criterios de responsabilidad a la hora de ocupar sus cargos?;


PREGUNTA 3: ¿La mujer del César debe ser honrada, y además parecerlo, cuando gobierna la Izquierda?; ¿y cuándo es la derecha quién gobierna?
Si la respuesta a estas dos últimas cuestiones es afirmativa, explicarlo brevemente (porque yo no lo entiendo).


PREGUNTA 4: ¿La vida de linces, venados y demás miembros del reino animal vale más que la de un niño?; ¿y más que la de 62 personas?


PREGUNTA 5: ¿Por qué es la derecha de este país, con la Santa Iglesia Católica y Apostólica a la cabeza, tan cínica que critica la regulación legal del derecho al aborto, pretendiendo comparar la vida humana con la de un animal, y calla cuando fallecen 62 militares por el capricho de un Ministro –amparado bajo el palio del Opus Dei-?


PREGUNTA 6: A la vista de los hechos aquí descritos, ¿quién es más honrado: el político de izquierdas que dimite por no tener una licencia de armas; o el político de derechas que trunca la vida de más de sesenta personas, por ahorrar unos euros, y continúa ejerciendo su carrera política?


Efectivamente, no basta con que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo, con la salvedad de que es de esta guisa cuando gobierna la izquierda.


La derecha, como siempre, inmaculada y sin mancha.


Pensadlo.


Que el tiempo no os cambie.

2 comentarios:

  1. No es cierto. La derecha tiene mucha marcha, incluso tienen botas altas y dan taconazos.

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  2. No pienso que haya muchas Drag Queen que voten al PP

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