Ya es un
hecho; Cospedal ha condenado a muerte a los pequeños pueblos de Castilla-La
Mancha. La Presidenta que se llenaba la boca hablando del mundo rural, de los
pueblecitos por los que había que trabajar –sin ir más lejos, hoy en Campo de
Criptana en la inauguración de un Polígono Agrícola- y de las gentes a las que
no debía faltarles de nada, ya ha firmado la sentencia de defunción de
pedanías, pueblos, aldeas, eatim y demás rara avis que llenan cerros y
barrancos de la altiplanicie manchega y sus territorios colindantes.
Parapetada en
el Barrio de Salamanca, señorita adscrita al régimen por lazos de sangre y
acostumbrada a fastuosidades diversas en las que no falta de nada, De Cospedal –que
es como ella gustaba de llamarse cuando aterrizó en la sin par Castilla-La
Mancha- ha puesto de manifiesto, una vez más, no sólo que no conoce la
verdadera idiosincrasia de esta Tierra, sino que además le es indiferente lo
que pueda sucederle a las buenas gentes que habitan el medio rural de esta
Región; alguien tendría que recordarle –que no por mucho trigo es mal año-, que
más del 54% de los municipios que conforman nuestra Comunidad Autónoma tienen
menos de 500 habitantes, dispersos a lo largo y ancho de 80.000 km².
Acostumbrada
como estaba a desenvolverse por el Foro y sus cercanías, esta Tierra cervantina
le ha venido grande a la lideresa sanchesca -y nunca mejor dicho-, y lejos de
revertir la, según ella, tendencia negativa que presentaba la comunidad
manchega, la está estancando en un pozo oscuro del que nos será difícil salir.
Le ha sido fácil; ha bastado con suprimir las escuelas con menos de 10 alumnos
(algo que se producirá en el próximo curso escolar); suprimir la asistencia
médica diaria en los pequeños pueblos; eliminar los planes de empleo para zonas
rurales deprimidas; reducir hasta en un 85% el presupuesto para inversión en
zonas rurales de mayor dificultad o una reducción del 50% de la aportación del
Gobierno regional para incentivos y medidas de apoyo a emprendedores. Todo eso
en un año, sin despeinarse, como el que no quiere la cosa, mintiendo y
engañando a la ciudadanía que la eligió como presidenta, y culpando de la
situación que ella misma ha generado al anterior Gobierno Socialista. ¡Hay que
ser muy lista, o muy tonta, para auto inmolarse en tan corto espacio de tiempo!
Y sin embargo,
hay circunstancias aún más asombrosas que reflejan el ensañamiento sectario que
el Partido Popular de Castilla-La Mancha está cometiendo, porque resulta inexplicable que el actual Presidente de la
Diputación de Cuenca, Benjamín Prieto, permanezca impasible e impertérrito ante
el próximo cierre de la escuela del pueblo del que es alcalde, Fuentelespino de
Haro, y en el cual habita. Actúa como buen monaguillo a las órdenes de su
abadesa, que ha mandado silencio ante tamaño magnicidio educativo, y por el que
será recompensado con la Presidencia del PP conquense, en detrimento de Mª
Ángeles García, que ni capaz fue de conseguir la alcaldía en Villarejo de
Fuentes, su pueblo, a pesar de utilizar toda suerte de artimañas contra el
actual equipo de Gobierno.
Es de recibo;
tiene poco que ganar en el medio rural –ya lo dijo nada más aterrizar como
Presidenta Popular en Castilla-La Mancha: el Partido Popular concentra los
votos en las capitales y el PSOE en el medio rural, los sitios donde hay más
cultura, porque la gente puede
relacionarse con otro tipo de personas que no sean sólo las de campo (http://terranoticias.terra.es/articulo/html/av21097867.htm)-,
por eso no le duelen prendas en destruir todo aquellos por lo que tantas familias
rurales lucharon. Cuando los pueblos queden vacíos, las tierras serán para los
pocos terratenientes que queden, adscritos ideológicamente al régimen de la
gaviota, de misa y comunión diaria y penitencia por los pecados. Esa será su
herencia para el medio rural.
Poco importará
ya; ella habrá destruido una región y los suyos seguirán aferrados al poder
económico venga quien venga; y para muestra un botón reciente: http://economia.elpais.com/economia/2012/05/25/actualidad/1337969616_450875.html.
Y con todo y
con esto, ¿aún pensáis que sigue siendo la mejor opción para Castilla-La
Mancha?
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