jueves, 24 de mayo de 2012

LA CORTINA DE HUMO


Tras ser pillado in fraganti en una situación muy comprometida, unos días antes de su reelección, el Presidente de los Estados Unidos decide inventarse un conflicto que desvíe la atención de la prensa de su affaire.
Sinopsis de la película “Wag the Dog”. Director: Barry Levinson. USA. 1997


                Son numerosas las ocasiones en que la realidad, aunque no sea a tan gran escala como el conflicto que recrea la película, iguala la ficción –suelen decir que la supera-, y este bien podría ser un caso más de desviación de la atención mediática y social para tapar las vergüenzas propias; o cuando menos dar tiempo para que, durante unos días, dejen  de hablarse de ellas.

                Esta práctica, que bien podría ser de primero de Políticas –y no hablo de la titulación-, digna de Maquiavelo, nuevamente ha pasado desapercibida para una gran mayoría de la población, que ha llenado bares, esquinas públicas y ámbitos diversos de tertulias varias, con la nueva salida de tono de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, metiendo el hocico en un terreno tan poco estable como el de los nacionalismos catalán y vasco y su especial romance con el fútbol –entendido éste como máxima expresión de ese sentimiento-.

                La Comunidad de Madrid, ejemplo de “buenas prácticas” y bastión moral de la piel de toro, comienza a hacer aguas por varios frentes, una situación muy controvertida que ha puesto en el disparadero a su Presidenta y a sus políticas neoliberales, graciosos ejercicios de “favores” para con sus correligionarios, obviando, como no podría ser de otra forma, a la plebe que clama por servicios dignos, la no subida de tasas e impuestos, el cese de ERES injustificados y la transparencia en una gestión que empieza a teñirse de oscuro.

                A finales de la semana pasada, los medios de comunicación anunciaban un incremento del déficit público, correspondiente al ejercicio 2011, en tres comunidades autónomas con gobiernos populares: Comunidad Valenciana, Castilla y León y Madrid. Para esta última, y tal y como reconoció el Consejero de Economía y Hacienda, Percival Manglano, el desequilibrio fiscal alcanzó el 2,2% del PIB, por encima del 2% comprometido y duplicando el 1,13% que había anunciado previamente la comunidad (http://www.cincodias.com/articulo/economia/deficit-comunidad-madrid-2011-duplico-anunciado/20120518cdscdseco_8/). ¿Os imagináis que hubiese sucedido si esto mismo lo hubiese hecho un Gobierno regional socialista con Rodríguez Zapatero, o Rubalcaba, como jefe del Ejecutivo Nacional?

                Por si no fuese bastante, el lunes la ínclita Presidenta madrileña anunció un “ajuste de tasas”,  lo que implica que habrá que pagar más por algunos de los servicios que presta la Administración autonómica, aunque no especificó cuáles de ellos serán los que sufran este ajuste, y que tiene su origen en el desvío del déficit autonómico, reconociendo un agujero de cerca de 2.000 millones de euros en su cuenta de ingresos (http://www.20minutos.es/noticia/1465708/0/aguirre-anuncia/subida-tasas/elude-servicios/).

                Siguiendo con el enjambre que tiene orquestado la Comunidad de Madrid, el pasado 10 de mayo el presidente y portavoz del Gobierno regional, Ignacio González, declaraba que los responsables de la situación actual en Bankia eran el ex presidente de Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, la entonces vicepresidenta económica Elena Salgado y el gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordoñez. ¿La razón? La no privatización de las Cajas en su momento para que estas funcionasen como cualquier empresa privada, un argumento esgrimido por la Presidenta de la Comunidad de Madrid desde hace “mucho tiempo” (http://www.finanzas.com/noticias/economia/20120510/economia-bankia-comunidad-madrid-1360497.html). Quiere decirse, por tanto, que nadie del Consejo de Administración de Bankia es responsable de lo sucedido en la entidad bancaria, a diferencia de lo que sucedió en nuestra región con Caja Castilla-La Mancha. ¿Lo recordáis?

                Si continuamos este recordatorio retrotrayéndonos un poco más en el tiempo, nos encontramos con otra de las perlas de la Condesa de Murillo: la subida del precio del transporte público que prometió no incrementar, y que ha supuesto infinidad de protestas por parte de los usuarios de estos servicios, que son la inmensa mayoría de madrileños y ciudadanos de regiones vecinas. (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/04/10/madrid/1334092393_608713.html) ¡Casi saldría más a cuenta viajar en taxi o en coche particular!

                Seguramente todos recordamos más ejemplos de frentes abiertos por Esperanza Aguirre –como por ejemplo la Universidad-, todos ellos objeto de debate y crítica por buena parte de la ciudadanía, que asiste impasible a una nueva vuelta de tuerca de sus ya limitadas posibilidades económicas. Un panorama incierto que situaba a la política popular en uno de sus peores momentos en cuanto a valoración social, y que debía ser apagado o, cuando menos, reducido.

                La solución, como ya podéis imaginar, ha sido desviar la atención hacia un asunto que ha levantado polémica y ha encrespado los ánimos de media España; y si bien es cierto que la sitúan de nuevo en el centro de críticas, burlas y  descalificaciones, es un precio no demasiado alto para evitar que se hable de la mala praxis del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid, en lo tocante a la gestión de los diferentes asuntos que llenan los despachos de la Administración Autonómica.

                Esperanza Aguirre sabía que incenciando la Final de Copa del Rey sería el centro de la diana, independientemente de quienes sean, o dejen de ser, los afectados por la creación de este clima antipatriota que se ha empeñado en alimentar; ha sido una buena táctica: “cuando estés muy apurado, intenta, como sea, abrir otro frente, cuanto más grande, mejor”. Argumenta que dijo lo que pensaba, y esa es su defensa, la libertad de expresión; ¡buena jugada! Pero era una estrategia premeditada y pensada para dejar a un lado los importantes problemas que sufre la Comunidad de Madrid.

                ¡De manual; una jugada de manual!




                           

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