A vueltas con el contubernio de los descontroladores, nos desayunamos con la celebración de quienes ven en el cuanto peor, mejor –también llamada Hermandad del No- un motivo de regocijo.
El desvarío de los dirigentes del Partido Popular se extiende hasta los confines del chantaje más rastrero y multitudinario que en los últimos tiempos haya visto este país, pues no es lógico que, mientras el ejecutivo en pleno afronta con todos los medios con que cuenta el estado de derecho una mal llamada huelga salvaje protagonizada por los descontroladores allende los límites de la península, el líder de la oposición, secuestrado en la isla de Lanzarote -¡qué casualidad!-, muestra su rostro alegre y dicharachero en cuantas fotos los despreocupados clientes de Buzo´s Bar desean hacerse.
Parapetado en las instrucciones de su equipo asesor, ya por la tarde dio muestras de su indefinición en la entrevista de La Ventana, el programa de Gemma Nierga quien, en su intento por conseguir la opinión del líder popular respecto a la situación que se estaba generando en el espacio aéreo español, obtuvo por respuesta un “yo no opino; sólo quiero que el Gobierno o alguien nos explique qué está pasando”. Una sentencia que, a todas luces, presentaba a un Rajoy malhumorado y fuera de sí, sensación que no se aprecia en las fotos del Bar arriba citado.
Si algo puede decirse del Presidente Nacional del Partido Popular, es que es un hombre disciplinado, pues ante la salvajada perpetrada por un grupo de privilegiados que desean mantener su statu quo, a costa de lo que o quien sea, dio la callada por respuesta, no fuera que tuviese que desdecirse más tarde. Un consejo facilitado por su equipo asesor que, si algo pone de manifiesto, es que el Partido Popular, con Rajoy y Cospedal a la cabeza, no tienen un proyecto válido para dirigir el país. Y para muestra un botón: ante la crisis en la que nos encontramos, Rajoy afirmó en El País -http://www.elpais.com/articulo/espana/plan/Cameron/da/confianza/haria- “El plan de Cameron da confianza; yo haría algo similar en España” , dejando a las claras, no ya una clara alineación con las políticas ultra liberales –que dicho sea de paso ha puesto en pie de guerra a los estudiantes británicos-, sino una estrategia vacía y nula, alejada de la realidad y de cualquier ejercicio reflexivo que sea consecuente con la realidad social española.
Lamentablemente para él, la celebración canaria no fue algo íntimo, sino que dejando a la luz su escasez de miras, se dejó ver por la isla en una actitud que no es propia de alguien que aspira –esperemos que sólo aspire- a presidir el Gobierno español. En una actitud más consecuente, debería haber estado al lado del Gobierno, apoyando las drásticas medidas que tuvieron que tomarse; tal vez desde una posición crítica, como no puede ser de otra forma en el líder de la oposición, pero arropando y colaborando con el Gobierno y, sobre todo y por encima de todo, con los hombres y mujeres que se vieron afectados por el despropósito de unos pocos que pusieron en funcionamiento todas sus armas para mantener los privilegios que en el pasado un Ministro llamado Álvarez Cascos les concedió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario